martes, 27 de marzo de 2012

Especies de espacios (7) El dualismo de los espacios y su representación en el cine por Albert Folk

Especies de espacios 7

El dualismo de los espacios y su representación en el cine

Por Albert Folk 

Es alumno del primer curso del Máster de Crítica, Análisis cinematográfico y Teoría del cine de Estudiodecine.


Tal y como señaló Walter Benjamin en su citadísimo texto La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica, la consecuencia fundamental que se deribaba de la aparición de nuevas formas de arte que podían, mediante procedimientos técnicos, ser reproducidas masivamente era la pérdida del aura, lo que definía como “la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)”[1]; es decir, aquello que la obra tiene de único, una unicidad que manifiesta su diferencia respecto a nosotros y el resto del universo, de un modo que resulta imposible cuando la obra se puede reproducir, en teoría, ad infinitum.

El cine, por supuesto, se engloba dentro de estas artes y, era, para Benjamin, el perfecto ejemplo de cómo el aura se disolvía completamente, ya que el espectador no tenía una relación con la obra como objeto único, sino que se relacionaba directamente con su contenido de una forma colectiva.

Sin embargo, forzando un poco el concepto benjaminiano de aura, podría decirse que ese contenido sí que puede mantener una cierta aura (una concepción débil de aura, si se quiere), y que ésta se manifiesta cuando los espectadores reconocen algún elemento concreto dentro de esa imagen. Por ejemplo: una cara conocida. Este sería el efecto sobre el que se basa el star-system. Y lo mismo ocurre con los espacios. Una vez un espacio se vuelve reconocible y, en mayor grado si se trata de un espacio asociado a acontecimientos históricos de especial trascendencia y/o importancia, ese espacio adquiere para sí un aura que procede, no únicamente de la capacidad del espectador de reconocer el espacio, si no de todos aquellos hechos que el espectador sabe que ocurrieron allí.



[1] Walter Benjamin, “La obra del arte en la época de la reproductibilidad técnica” en Discursos interrumpidos I, técnica, Madrid, Taurus

viernes, 23 de marzo de 2012

Espacies de espacios (6) La poética de la aridez por Rafael Velásquez Stanbury

Especies de espacios 6

La poética de la aridez

Por Rafael Velásquez Stanbury
Es alumno de primer curso del Máster de Crítica, Análisis cinematográfico y Teoría del cine de Estudiodecine.

Aplaudida en su tiempo pero invisible para el espectador, Araya (Margot Benacerraf, 1958) es una obra maestra extraviada en la historia del cine. Hipnótica, lírica y meticulosa, la cinta nos ubica en la región venezolana de Araya y descubre ante nosotros la simbiosis vital entre sus pobladores y la sal que los rodea.

A comienzo de los años treinta, Robert Flaherty y John Grierson representaban los dos polos opuestos en cuanto a la elección temática en la realización documental se refiere. El primero de ellos había ganado prestigio con piezas como Nanook (Nanook of the North,1921) donde retrataba su fascinación por el exotismo de culturas ajenas a su realidad. El segundo, con experiencia como montador de noticieros y habiendo realizado una única película hasta la fecha Drifters (id., 1929), recibe la oportunidad de dirigir la Empire Marketing Board Film Unit de Gran Bretaña por su capacidad de documentar la realidad trabajadora del hombre británico actual. Flaherty, con vocación de etnógrafo, enfrentado a Grierson, didáctico y nacionalista.